En el mundo del deporte todos los aficionados tenemos héroes. Es lo divertido. Sentarse frente al televisor y poder decir “yo soy de ese”. De otra manera, no sería lo mismo seguir la competición.
Lo cierto es que esos nombres van y vienen. El tiempo pasa inexorable, y más en la carrera de un deportista. Y al final, la mayoría de ellos pasan a convertirse en un recuerdo que sólo brota en conversaciones nostálgicas. Conversaciones de bar, de esas entre amigos. De las de “¿os acordáis de…? Era bueno el tío, verdad”.
Sin embargo, cada uno de nosotros guarda un lugar especial en la memoria para unos pocos elegidos. La mayoría de las veces, además, coinciden con los ídolos de nuestra infancia. Probablemente no sea casualidad. Será que siendo niños nuestro amor era más puro e inocente.
Txema Olazábal es uno de los que tienen un lugar privilegiado en mi corazón deportivo. No se que es lo que me llamó la atención de él. Su sobriedad y semblante en el tee. Sus andares pausados. La concentración que desprendía en los instantes previos a cada golpe. La precisión de sus hierros largos (recuerdo que de pequeño, los palos que más entrenaba yo en la estera eran el hierro 3 y el hierro 4. Algo tendría que ver). Los espectáculos de magia que ofrecía en los bunkers. O la nobleza y el buen tío que se adivinaba detrás de su mirada seria y penetrante. Lo que sea. Pero el caso es que dije las palabras sagradas: “yo soy de Olazábal”.
Y sigo siéndolo. Porque Txema ha sido un ejemplo en ámbitos que trascienden lo deportivo. No es la intención de este post descubrir a nadie quién es el Olazabál jugador. Ni volver a repasar todas las penurias y adversidades de las que se ha repuesto el Olazábal hombre. Simplemente, es un pequeño homenaje a alguien al que admiro y que, en mayor o menor medida, ha sido influyente para mi.
Estoy seguro que será un gran capitán y no me cabe duda lo feliz que será afrontando este nuevo reto en su carrera. Pero lo que le deseo de verdad es que sus tiempos como jugador aún tengan muchas páginas por escribir.
¡Que tiemblen los americanos! ¡Olly vuelve a la Ryder!
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4 comentarios:
Estamos temblando. Estamos temblando. Más sabiendo que enfrente nuestro capitan es Davis Love III. Lo tenemos crudo, pero nunca se sabe en la Ryder. Nice article Carlos. JMc
¡La revancha del Masters del 99 está servida! Y Txema tendrá que repetir hazaña "fuera de casa".
Por cierto, no se que me da que aquí hay pregunta para los test de actualidad de mi clase de Press Writting II.
Thank you
Ya sabes que siempre he sido un fan de Txema... Aupa Olazabal
Para mí, siempre serás el David Duval de La Peñaza...poca gente he visto pegar un hierro siete como tú. ¡Vaya ostias!
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