Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959. Edición anotada. Por Ernesto Che Guevara. Editora Política, 2008. 362 pág. 5 CUC.
ISBN 978-959-01-0829
Introducción
Este libro recoge diversos momentos de la guerra revolucionaria cubana vistos desde el prisma de Ernesto Che Guevara. Los textos aglutinan anécdotas y reflexiones personales combinadas con la mera narración de los hechos acontecidos y padecidos por el propio Guevara y sus hombres.
Está publicado por la Editorial Política, propiedad del estado de Cuba. Las autoridades cubanas hacen entrega de un ejemplar a todos los alumnos que superan con éxito los estudios de Educación Secundaria Básica.
Esta edición en concreto es la tercera publicada por dicha editorial, que incorpora en relación a las anteriores anotaciones realizadas por Ernesto Guevara de su puño y letra. La versión original fue publicada por Ediciones Unión/Narraciones (La Habana, 1963) cuando Guevara era ministro de Industrias en el gobierno de Castro. La editorial Pueblo y Educación (Cuba), también editó Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959. (2009).
El propósito del autor es trasladar el espíritu que envolvió a los protagonistas directos de la revolución, los guerrilleros, al pueblo cubano. Tras los primeros años con Castro en el poder, los máximos dirigentes del país temían perder el entusiasmo y fe que la sociedad había depositado en ellos.
El objetivo es volver a recuperar los valores de la revolución a través del relato de las vivencias del comandante y sus hombres. Así queda constancia en el prólogo de Guevara cuando dice que: “(…) van pasando los años y el recuerdo de la lucha insurreccional se va disolviendo en el pasado sin que se fijen los hechos que ya pertenecen a la historia de América” (p.1). Incluso invita a todos aquellos que guarden valioso testimonio de los sucesos a que aporten su grano de arena para preservar la historia. “(…) aspiramos a que se desarrolle el tema por cada uno de los que lo ha vivido. (…) Muchos sobrevivientes quedan de esta acción y cada uno de ellos está invitado a dejar constancia de sus recuerdos para incorporarlos y completar la historia”, recoge igualmente el prólogo.
La compilación de historias descritas por Guevara abarca diversos campos muy interesantes del comportamiento humano en una situación extrema en la que se ve involucrado de manera voluntaria. Los relatos permiten dibujar la importancia que tiene para las personas el sentimiento de pertenencia al grupo, así como la forma que tiene de interactuar cada individuo ante una crisis. El patriotismo cobra un papel preponderante que sirve de escudo ante la opresión y que sustenta la reacción de la guerrilla. Los debates éticos surgen espontáneos de manera cruenta y sin previo aviso. En esas situaciones, se pone en relieve el poder que le da al ser humano su capacidad de elección. Más aún, en unas circunstancias que transforman la realidad y, consecuentemente, las prioridades.
Crítica:
Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959, es un cajón de sastre escrito para invocar el sentimiento revolucionario. Apela al patriotismo cubano con actos valerosos de hombres llanos que, amparados en el amor a la patria, son capaces de logra auténticas proezas y salir triunfante de la tiranía. La anarquía guerrillera da paso a un ambiente de camaradería y unidad que suple las carencias y precariedades militares. Es la reducción simple de la frase “querer es poder” aumentada a su máxima potencia.
Los textos de Guevara permiten ser testigo de cómo cada persona sabe y asume el rol que ocupa ante situaciones desbordantes. Líderes y peones brotan espontáneos a través de sus actos y palabras. Es una adaptación a un medio, un hábitat, desconocido por completo. El papel que toman los individuos guarda relación con su propia naturaleza interna de forma que, dentro del caos reinante, hay una estructura social interiorizada casi de inmediato.
Los sucesos muestran luces, pero también sombras. “La guerra es difícil y dura, y durante los momentos en los que el enemigo arrecia su acometividad no se puede permitir ni el asomo de una traición” (Guevara, E. Lucha contra el bandidaje. Editora Política, Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959. Edición anotada. La Habana, Cuba). La definición de traición varía su dimensión a lo largo del libro. Se califica por igual la deserción que los cuchicheos contrarios a la causa. El castigo, el mismo: la muerte.
Este concepto, “traición”, se repite sistemáticamente a lo largo de los relatos hasta el punto de rozar la paranoia. Puede distinguirse un Guevara irreflexivo e implacable en el momento de aplicar el castigo. Acto seguido se presenta otro Guevara más humanizado y errático, débil incluso, que cuestiona internamente sus propias decisiones. Es como si encerrara dentro de su mente un "Ralph" y un "Jack" (Golding, W. El señor de las moscas. (1954). Reino Unido).
Efectivamente, la transformación de la percepción humana y cómo el hombre necesita adaptar su mente para seguir adelante es el tema central y más complejo de esta publicación. “La noción de vivir de acuerdo a unos valores éticos férreos está vinculada a la noción de defender el modelo de vida de un individuo, darle una razón y justificarlo. Las personas pueden hacer muchas cosas consideradas malas y, sin embargo, vivir de acuerdo con unos valores éticos, si están dispuestas a defender y justificar lo que hacen. Podemos creer que tal justificación es poco adecuada, y mantener que tal forma de actuar está mal, pero el intento de justificación, tenga éxito o no, es suficiente para considerar que la conducta de la persona se encuentra dentro del dominio de lo ético en contraposición a lo no ético” (Singer, P. Ética práctica. (2009) Ediciones AKAL)
El laberinto ético transcurre por aristas complejas. Hay tres pilares que sustentan que una acción pueda ser considerada éticamente como buena: imparcialidad, universalidad y objetividad. Este libro muestra cómo las vicisitudes sufridas por un pueblo que soporta la opresión de sus dirigentes dan lugar a sucesos impensables emprendidos por aquellos considerados débiles. Y de cómo estos últimos ven transformada su naturaleza y comportamiento debiendo agarrarse a los valores que defienden como si fuera un faro guía del que asumen que, tarde o temprano, se verán obligados a alejarse.
Resumen
Los relatos de Ernesto Che Guevara fueron reunidos para fomentar y despertar el aletargado espíritu revolucionario. Cabe pensar que estamos ante un producto propagandístico. Así es en una lectura pasiva. Sin embargo, analizando los pasajes, el libro se ajusta más a un espejo obtuso de la ética humana ante situaciones extremas. Uno puede detenerse en el envoltorio dirigido por el gobierno cubano que cubre los relatos de Guevara (relatos que, a su vez, contienen elementos propagandísticos). Pero una lectura madura y reflexiva (recordar que se regala un ejemplar a jóvenes que apenas conocen lo que sucede en el exterior de su país) permite desechar estos elementos y adentrarse en la mente del líder y sus hombres.
Los mensajes propagandísticos del régimen se identifican, principalmente, en el inicio y final de la publicación. En la primera página puede leerse un mensaje de felicitación al alumno por haber completado sus estudios secundarios, seguido de una dedicatoria a todas las personas que dieron su vida por la revolución y a los supervivientes de aquellos días. A continuación, el primero de los textos corresponde a la nota de la editora elogiando la narrativa de Ernesto Che Guevara y señalando la importancia de contar en la presente edición con notas manuscritas por él mismo en sus documentos.
El lector encontrará acto seguido una síntesis biográfica de Guevara que exalta su figura como revolucionario cubano y libertario de pueblos oprimidos. Le sigue una breve cronología de los sucesos más importantes transcurridos en Cuba desde marzo de 1952 a enero de 1959. Las siguientes páginas corresponden a las anotaciones de Ernesto Che Guevara en diversos textos que se recogen en un epígrafe llamado: Facsímiles de los arreglos realizados por el Che a la primera edición de Pasajes de la guerra revolucionaria.
Tras dichos documentos, está el prólogo (página 1). Como se menciona en este trabajo, Guevara llama a la necesidad de recuperar el espíritu que impregno la revolución e invita a los supervivientes a participar activamente de él.
Comienzan entonces los pasajes, que siguen un orden cronológico pero que no guardan estrictamente una continuidad narrativa. Hasta treinta y tres relatos que tienen como punto de partida la primera vez que Guevara tuvo la oportunidad de hablar con Fidel Castro en Méjico y que finalizan con una crítica a los cubanos que sienten la codicia del capitalismo.
Entre medio, numerosas narraciones que dan pie a la capacidad interpretativa del lector y que abordan los distintos temas anteriormente mencionados alternándose con episodios de estrategia militar. Los textos son acompañados con mapas de los diferentes lugares citados, así como fotografías de todos los líderes de la revolución conviviendo con su ejército en el día a día. Los pies de foto, no escritos por Guevara, son prácticamente consignas del régimen.
Para concluir, señalar que el paradigma de lo descrito en Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959. Edición anotada puede encontrarse en el capítulo “El cachorro asesinado” (p. 165) al que corresponden las siguientes líneas. “Un perro de la casa vino mansamente a por el hueso. Félix le puso la mano en la cabeza. El perro lo miró; Félix lo miró a su vez y nos cruzamos algo así como una mirada culpable. Quedamos repentinamente en silencio. Entre nosotros hubo una conmoción imperceptible. Juntos todos, con su mirada mansa, picaresca con algo de reproche, aunque observándonos a través de otro perro, estaba el cachorro asesinado”.
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